Crisis del IESS: afiliados atrapados en un sistema colapsado mientras el gobierno planea quitarles la atención médica

 Afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) denuncian que acceder a atención médica se ha vuelto un calvario. Meses de espera, filas desde la madrugada y sistemas digitales que no funcionan son la rutina diaria de quienes aportan al Seguro Social, mientras hospitales como el Carlos Andrade Marín (HCAM) permanecen saturados y con citas que tardan más de 90 días.

Aunque el IESS asegura haber habilitado múltiples canales para el agendamiento de citas por teléfono, SMS, página web, WhatsApp y redes sociales a través de CNT, en la práctica estos mecanismos no funcionan. Los usuarios reportan mensajes automáticos de “no hay disponibilidad”, plataformas que se caen o simplemente no ofrecen turnos. En muchos casos, después de horas de espera presencial, la respuesta es demoledora: “intente la próxima semana”

El colapso se produce tras el fallido intento de modernización tecnológica con la empresa HealthBird, que abandonó el país dejando al IESS sin un sistema eficaz de agendamiento. A esto se suma la falta de transparencia: la institución no ha informado cuántas citas se han entregado en 2025, mientras continúa recibiendo aportes obligatorios de trabajadores y jubilados.

Ahora, el gobierno del presidente Daniel Noboa propone una reforma que podría agravar la situación: el IESS dejaría de prestar atención médica directamente, y todo el sistema de salud de sus afiliados pasaría a manos del Ministerio de Salud Pública (MSP). La institución se concentraría únicamente en la gestión financiera y de pensiones.

La propuesta busca mejorar eficiencia y sostenibilidad financiera, según el gobierno, pero genera incertidumbre sobre la continuidad y calidad de la atención médica. Implementarla requeriría incluso una reforma constitucional, dado que la Constitución de 2008 reconoce al IESS como prestador de salud.

Mientras tanto, miles de afiliados siguen pagando sus aportes sin recibir la atención que por derecho les corresponde. La crisis del IESS evidencia años de desfinanciamiento, mala gestión y abandono del sistema público de salud, dejando a la población en una situación crítica frente a un derecho constitucional que debería ser garantizado.