Viva Palestina libre, Alto al genocidio Israelita

A inicio del mes de marzo, en diferentes países se movilizaron los trabajadores, las mujeres y la juventud en solidaridad con el pueblo palestino y para exigir el fin del genocidio de Israel en Palestina. Los gritos, pancartas y diferentes formas de manifestación fueron las expresiones para rechazar el genocidio del que es víctima el pueblo palestino.

Países como Suiza, Francia, Suecia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Japón, etc., los manifestantes condenaron los ataques de Israel contra la Franja de Gaza y corearon los gritos de: «Palestina libre del río al mar», «Alto al genocidio en Gaza», «Alto el fuego, ahora», «Israel terrorista».

En Ecuador, la solidaridad con el pueblo palestino ha sido una acción constante y permanente. La marcha del 8 de marzo de 2024 mantuvo su característica, levantó la bandera en defensa de Palestina y se convirtió en una tarima para denunciar el ataque que históricamente ha desarrollado Israel.

Genocidio o Guerra

El genocidio se define como el asesinato deliberado de personas de un determinado grupo nacional, étnico, racial o religioso, con la intención de destruir al grupo, ya sea total o parcialmente. El principal rasgo del genocidio es que la intención del crimen sea no solo infligir daño a un grupo, sino eliminarlo completamente.

Por otro lado, en una guerra no todo está permitido, ya que actos como la tortura o los ataques intencionados contra la población civil y contra bienes civiles que no constituyen objetivos militares no son permitidos. En las guerras, ciertas armas están prohibidas debido al sufrimiento indiscriminado o atroz que causan, como las minas antipersonales y las armas químicas o biológicas. Asimismo, los enfermos y heridos deben ser atendidos, incluidos los soldados heridos, que tienen derechos como prisioneros de guerra. En las guerras está prohibida la toma de rehenes, así como el confinamiento, deportación o traslado ilegal de personas.

Si revisamos los fríos datos de este conflicto, vemos que desde el inicio de los ataques se han cometido 2.675 masacres realizadas por el ejército de ocupación sionista; 37.534 palestinos asesinados y desaparecidos, de los cuales 13.430 son niños; 15 niños y niñas han muerto por hambre y 132 periodistas han sido asesinados. Esto confirma que el conflicto entre Israel y Palestina es un genocidio y no una guerra.

¿Cuáles son las razones del genocidio contra Palestina?

Al hablar del origen del conflicto entre Israel y Palestina, la propaganda imperialista y la intelectualidad burguesa han señalado que la razón principal es el enfrentamiento religioso. Pero al profundizar el análisis, encontramos una realidad diferente y se puede señalar que los territorios palestinos tienen reservas abundantes de gas natural y petróleo, que se valoran en miles de millones de dólares, pero al pueblo palestino se le priva de estos ingresos, mientras que Israel, con el apoyo de EE.UU., se aprovecha de estos recursos para consolidar su dominio económico, político y militar.

Un estudio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) realizado en 2019 reveló que el territorio palestino ocupado (TPO) se encuentra sobre importantes reservas de petróleo y gas natural, en el Área C de Cisjordania y la costa mediterránea frente a la Franja de Gaza. «Hasta la fecha, los costos reales y de oportunidad de la ocupación exclusivamente en el ámbito del petróleo y el gas natural ha acumulado decenas, si no cientos, de miles de millones de dólares», en detrimento del pueblo palestino.

En 1999, las autoridades de Palestina firmaron un acuerdo con la petrolera británica British Gas (BG) y le concedieron la licencia para operaciones en el área. Así, en septiembre de 2000, se perforó el pozo de exploración Gaza Marine-1 (GM-1) a una profundidad de 603 metros en el mar, a 36 kilómetros al oeste de la Ciudad de Gaza, y luego, aproximadamente a 5 km al suroeste de GM-1, se perforó el pozo Gaza Marine-2 (GM-2).

El valor aproximado de estas reservas de gas fue estimado entonces entre 2.000 millones y 6.000 millones de dólares, según citó The New York Times a las autoridades palestinas. En esta zona, las reservas de gas natural pueden alcanzar hasta 1,4 billones de pies cúbicos (más de 39.600 millones de metros cúbicos), además de al menos 1.500 millones de barriles de petróleo.

Este descubrimiento suponía un auge económico tanto para los palestinos como para sus socios extranjeros. En Israel siempre ha habido oposición, negando el derecho de los palestinos a explotar sus recursos naturales. Así, un consorcio israelí de exploración de gas presentó una demanda ante los tribunales hebreos con el fin de bloquear las perforaciones en Gaza, alegando que la Autoridad Palestina carecía de estatus legal para otorgar permisos de exploración de energía. Pero después de que, en 2007, tras las elecciones legislativas, el movimiento palestino Hamás llegara al poder en la Franja de Gaza, Israel pasó de las acciones legales a las ofensivas. Con el apoyo de EE.UU., Israel lanzó su operación Plomo Fundido en 2008.

En 2010, frente a la costa mediterránea de Israel, se descubrió el yacimiento gasístico marino Leviatán, que cuenta con unas reservas de gas estimadas de 470.000 millones de metros cúbicos y con 1.700 millones de barriles de petróleo recuperable. Estas cifras —valoradas, según los precios de 2017, en 453.000 millones de dólares y 71.000 millones de dólares, respectivamente— incluyen las riquezas naturales pertenecientes a Gaza. Desde entonces, al pueblo palestino se le niega el derecho a explotar los recursos de petróleo y gas natural y, por tanto, se le priva de miles de millones de dólares en ingresos.

El conflicto que se vive en Israel y Palestina es el resultado de avaricia de las clases dominantes y el imperialismo, por dominar el petróleo y las rutas comerciales. Mientras Israel y los países imperialistas buscan apoderarse de los recursos naturales, los trabajadores, las mujeres la juventud y la niñez palestina son las víctimas principales.