SUTEP inicia huelga nacional en contra de medidas de la presidenta de Perú

Este miércoles 16 de octubre, el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep) ha dado inicio a una huelga nacional escalonada en la región de Loreto, marcando un hito en la lucha por los derechos de los trabajadores de la educación. La protesta, que se extenderá a otras regiones en los próximos días, es un claro llamado de atención al gobierno de Dina Boluarte, que ha ignorado las demandas fundamentales de quienes educan a nuestras futuras generaciones.

Eleazar Pezo, secretario general del Sutep Loreto, subrayó la urgencia de la situación, advirtiendo que si la presidenta no atiende las exigencias del sindicato antes del sábado 19, se procederá a una huelga general en todas las regiones del país a partir del lunes 21. “Hoy comenzamos en Loreto, y mañana nos sumaremos en más regiones. Si no hay respuesta, el lunes será una huelga total”, afirmó.

El Sutep ha planteado demandas cruciales que reflejan la precariedad de la educación en el país. Entre ellas, se exige el cumplimiento de la ley que establece que los auxiliares educativos deben recibir un salario equivalente al 85% del sueldo de un docente. A esto se suma la denuncia de que las promotoras del Programa No Escolarizado de Educación Inicial (Pronoei) están recibiendo apenas 500 soles, muy por debajo del salario mínimo establecido por la normativa legal.

Pezo no escatimó críticas hacia el gobierno, que ha mostrado una alarmante falta de atención a las necesidades de la comunidad educativa: “La presidenta debe cumplir con la Constitución. Ella no lo está haciendo, y quienes quebrantan las leyes no enfrentan consecuencias. Este gobierno parece burlarse de las normas que ellos mismos han promulgado”.

En Loreto, el 80% de las instituciones educativas están acatando la huelga, con el respaldo de pequeñas asociaciones que se suman a la causa. Este movimiento no solo representa la lucha por mejores condiciones laborales, sino también un llamado a la justicia social y a la dignidad de quienes, a diario, entregan su vida a la enseñanza.

La movilización del Sutep es un recordatorio poderoso de que la lucha por una educación digna y justa está lejos de terminar. Mientras el gobierno continúe desoyendo las demandas legítimas de los trabajadores de la educación, el descontento crecerá y la unidad de la clase trabajadora se fortalecerá, pavimentando el camino hacia un cambio real y necesario.