El presidente y candidato presidencial Daniel Noboa ha lanzado un programa llamado Jóvenes en Acción, en el que ofrece pagar 400 dólares mensuales a 80,000 jóvenes que se sumen a proyectos ambientales relacionados con la lucha contra el cambio climático. El bono, que se entregará durante tres meses, supone un total de 1,200 dólares para los beneficiarios. Sin embargo, este tipo de medidas a corto plazo no logran abordar la raíz de los problemas estructurales que enfrenta Ecuador, como la grave crisis económica, la inseguridad y la creciente escasez de recursos.
A través de un video en redes sociales, Noboa invitó a los jóvenes a registrarse en un formulario digital para recibir el apoyo económico, en un intento por paliar los efectos inmediatos de una sequía que, según el gobierno, es la peor en seis décadas. Si bien el programa parece positivo en su enfoque ambiental, se plantea la duda sobre la efectividad de medidas aisladas como esta, cuando el país sufre una crisis más profunda que requiere un cambio estructural en sus políticas económicas y sociales.
A la par de esta promesa, Ecuador enfrenta apagones que se han intensificado desde septiembre, producto de la sequía que afecta las hidroeléctricas del país, lo que ha dejado pérdidas millonarias y expone la fragilidad de un modelo económico dependiente de recursos naturales no renovables. Además, la crisis de violencia y la recesión económica continúan azotando a las clases populares, mientras que este tipo de medidas coyunturales, aunque bien intencionadas, parecen más un intento de distracción ante un problema mucho más grande y sistémico que requiere una transformación profunda en las políticas del Estado.
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