La izquierda derrota al Fascismo en Francia
En un giro inesperado y dramático, la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) ha emergido como la ganadora de la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias en Francia. Este resultado sorprendente deja al partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen relegado a un tercer lugar, mientras que la coalición centrista del presidente Emmanuel Macron se queda en segundo puesto.
El NFP, liderado por el veterano político Jean-Luc Mélenchon, obtuvo 182 escaños en el Parlamento, seguido por la coalición de Macron con 168 escaños y el RN con 143. Este resultado llega después de una campaña electoral anticipada convocada por Macron, quien esperaba consolidar su posición tras la victoria del RN en las elecciones europeas del 9 de junio.
Mélenchon no perdió tiempo en proclamar la victoria del NFP, exigiendo que Macron reconozca su derrota y convoque al NFP a formar gobierno. «El presidente debe convocar al Nuevo Frente Popular a gobernar», declaró Mélenchon ante una multitud de simpatizantes en la plaza Stalingrado.
La estrategia de la izquierda y el centro para retirar candidatos y concentrar votos contra el RN demostró ser efectiva, frenando así el ascenso de la extrema derecha. Esta táctica, sin embargo, no garantiza una gobernabilidad estable, ya que ninguna coalición alcanzó la mayoría absoluta de 289 escaños necesarios.
El NFP, una alianza de socialistas, ecologistas, comunistas y La Francia Insumisa, promete derogar reformas de pensiones e inmigración, crear una agencia de rescate para inmigrantes indocumentados, y establecer límites a los precios de productos básicos para combatir la crisis del costo de vida. Además, buscan aumentar el salario mínimo y promover la energía verde.
A pesar de su victoria, el NFP enfrenta el desafío de mantener la cohesión interna entre sus diversos grupos constituyentes, que van desde socialdemócratas hasta anticapitalistas. La posibilidad de que algunos socialistas moderados se unan a la coalición de Macron para formar un gobierno de centro izquierda no puede descartarse.
Las reacciones no se hicieron esperar. Marine Le Pen intentó mantener el optimismo a pesar de los malos resultados para su partido, asegurando que «nuestra victoria solo se ha visto postergada» y criticando la «alianza deshonesta» de la izquierda. Por su parte, el primer ministro Gabriel Attal anunció su renuncia, aunque Macron le pidió que permanezca en su cargo temporalmente para asegurar la estabilidad.
El análisis desde París indica que los franceses han dejado claro una vez más que no desean a la extrema derecha en el poder. A pesar de las victorias iniciales del RN, la mayoría de los votantes se movilizaron para evitar su ascenso, prefiriendo la estabilidad sobre la incertidumbre que traería un gobierno de extrema derecha.
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