El 17 de febrero de 1999, durante el gobierno de Jamil Mahuad, Jaime Hurtado González, diputado nacional por el MPD, fue asesinado junto a su camarada Pablo Tapia. Este crimen ocurrió después de que salieran de la sesión del Congreso Nacional y caminaban por las calles Piedrahita y Clemente Ponce.

Jaime Hurtado, elegido Diputado Nacional en 1998, inició una investigación sobre los dueños de Bancomex, cuyo mayor accionista, Medardo Cevallos Balda, financió la campaña de Jamil Mahuad. Esta investigación amenazó a grupos vinculados con el narcotráfico y el lavado de activos.

Días antes de su asesinato, Hurtado fue hostigado y detenido en Guayaquil. El 17 de febrero de 1999, se consumó el crimen. A 25 años de este crimen de Estado, los autores intelectuales siguen impunes.

Jaime Hurtado es recordado como un líder revolucionario del MPD, un hombre incorruptible y dueño de una poderosa voz que defendía las causas populares. Su capacidad oratoria extraordinaria le permitía movilizar ideológicamente a quienes le escuchaban. Desde su posesión como Diputado Nacional en 1979, señaló que hablaría por el indio postergado, el negro discriminado y el cholo. En el Congreso Nacional, fustigó al gobierno de Jamil Mahuad y planteó la alternativa para el pueblo.

Como uno de los fundadores del MPD, Jaime Hurtado luchó por el cambio revolucionario, la Patria Nueva y el Socialismo. Recorrió el país organizando el MPD, conversando con diversos sectores sociales y defendiendo los derechos humanos y las libertades democráticas.Defensor de la soberanía nacional, denunció la sucretización de la deuda externa y la presencia militar de Estados Unidos en la Amazonía. Votó en contra del Tratado de Paz de Brasilia, que significó pérdida de territorio para Ecuador.

Jaime Hurtado convirtió el Congreso Nacional en una trinchera de lucha, denunciando las acciones de los gobiernos y partidos que defendían los intereses de los sectores dominantes. A 25 años de su asesinato, el legado y pensamiento de Jaime Hurtado perduran. Su lucha por la Patria Nueva y el Socialismo sigue presente en la vida y el corazón de los trabajadores, la juventud y los pueblos del Ecuador.