Ecuador enfrenta una profunda crisis de Institucionalidad

Los casos de corrupción Metástasis, Purga y Encuentro, investigados por la Fiscalía General, han desnudado la profundidad de las estructuras de delincuencia organizada en Ecuador. Estos escándalos han puesto en la mira a jueces, policías, agentes penitenciarios, abogados, fiscales, legisladores, empresarios y políticos. La infiltración del crimen organizado en las funciones Judicial y Ejecutiva ha dañado severamente la legitimidad y credibilidad del Estado.
La crisis política e institucional no solo afecta al gobierno de Daniel Noboa, sino también a la confianza en las principales funciones del Estado. Según encuestas recientes, la confianza en los asambleístas es apenas del 12%, y los jueces son los peor valorados, con solo un 3% de confianza. Esta desconfianza refleja la falta de legitimidad que caracteriza la situación política actual. Esta circunstancia se agrava con la falta de confianza que tienen los ecuatorianos respecto a que la situación vaya a mejorar. A la pregunta sobre si el país va por el buen camino o por el mal camino, un 52% de los ecuatorianos dijeron que el país se encuentra mal encaminado. Sobre la situación económica, apenas un 23% dijo que está mejor, mientras que quienes consideran que está igual son un 38% y el 34.10% dijo que está peor. Al calificar en una sola palabra el estado de ánimo de los ciudadanos, un 10% dijo estar esperanzado, un 9% con entusiasmo y un 10% optimista, mientras que el sentimiento de frustración alcanza al 13% y los inciertos un 16%.
La inseguridad y la delincuencia son las principales preocupaciones para el 37% de los ecuatorianos. La región Costa muestra los índices más altos de preocupación con un 39%, alcanzando el 46% en los pueblos más pequeños. En Quito, la preocupación es del 35%, y en el resto de la Sierra, menos del 26%. El gobierno de Noboa, que surgió como una opción para superar la crisis política de la muerte cruzada, ha enfrentado tensiones crecientes entre las facciones burguesas. Inicialmente, hubo una «luna de miel» que permitió aprobar reformas tributarias y obtener un nuevo préstamo, pero estas contradicciones se han agravado con la proximidad de nuevas elecciones.
La corrupción y la falta de soluciones a la crisis de inseguridad han debilitado aún más la credibilidad en las instituciones burguesas. Los casos Metástasis y Purga revelan que la corrupción no es un fenómeno aislado, sino inherente al sistema capitalista. Las acciones de la Fiscalía, aunque necesarias, no cambiarán los patrones de actuación de jueces y fiscales profundamente arraigados. Ante la ausencia de políticas efectivas para garantizar seguridad y estabilidad, los ecuatorianos depositan su confianza en la familia, el Ejército y la Policía Nacional. Estas instituciones son vistas como refugios frente a la creciente inseguridad e incertidumbre.
Es imperativo profundizar el cuestionamiento de las principales instituciones del Estado. Desenmascarar la corrupción y el autoritarismo es una tarea de primer orden para recuperar la legitimidad y la confianza ciudadana.