La crisis energética en Ecuador ha alcanzado un punto crítico. La falta de suministro eléctrico confiable ha obligado a pequeños y medianos negocios a depender cada vez más de generadores a diésel, generando una demanda inusitada y provocando un desabastecimiento de combustible en varias zonas del país. La Cámara de Distribuidores de Combustible reporta que el consumo de diésel para generar electricidad se ha multiplicado por diez desde que comenzó la crisis, y muchas estaciones de servicio destinan alrededor de 100 galones diarios a esta necesidad.
La situación es especialmente grave en ciudades como Quito, Cotopaxi y Riobamba, donde el suministro en algunas estaciones ya presenta problemas. «Los generadores en edificios, locales comerciales y medianas industrias requieren diésel premium, y el desabastecimiento está empezando a sentirse», indica un representante de la Cámara de Distribuidores de Combustible.
Para evitar una crisis aún mayor, el gobierno ha decidido aumentar la importación de combustible. Este martes se recibieron ofertas para la compra de 1,9 millones de barriles de diésel premium, y el día anterior, Petroecuador adjudicó la importación de 1,6 millones de barriles de fuel oil. A pesar de estas medidas, los negocios medianos, que dependen de generadores para sus operaciones diarias, han solicitado un incremento en su cuota de diésel ante la Agencia de Regulación, aunque aún no han obtenido respuesta.
La situación refleja una severa falta de planificación y de inversión en infraestructura energética que afecta directamente al tejido productivo del país, especialmente a aquellos negocios que dependen de la estabilidad energética para operar. Si bien el gobierno ha comenzado a tomar medidas, la respuesta ha sido tardía y los efectos de la crisis energética se están sintiendo con fuerza, poniendo en riesgo la continuidad de muchas actividades económicas en el país.
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