Falta de infraestructura educativa y emergencia por lluvias:  187 colegios implementan nuevos planes de clases

Las intensas lluvias que azotan Ecuador han afectado gravemente la infraestructura educativa, obligando a 118 escuelas y colegios de ocho provincias a adoptar la modalidad no presencial. Esta crisis ha evidenciado el deterioro de los planteles, una problemática que la Unión Nacional de Educadores (UNE) ha denunciado durante años, exigiendo al Gobierno inversiones urgentes en el sector educativo.

El Ministerio de Educación ha implementado 145 planes de continuidad educativa en Azuay, El Oro, Esmeraldas, Guayas, Los Ríos, Manabí, Santa Elena y Zamora Chinchipe, permitiendo que 118 planes operen en modalidad virtual y 27 con asistencia parcial para exámenes. Sin embargo, la UNE advierte que estas medidas no resuelven el problema estructural de fondo: la falta de infraestructura segura, la brecha educativa y adecuada para los estudiantes.

Las provincias de Guayas y Los Ríos son las más afectadas, con decenas de escuelas en condiciones precarias. Según Hilario Beltrán, exdirigente de la UNE en Guayas, el 90% de las instituciones educativas de la provincia presentan daños estructurales desde hace más de una década, sin recibir atención del Estado.

La UNE exige declaratoria de emergencia

Frente a este escenario, la UNE ha hecho un llamado urgente al Gobierno para que declare el Estado de Emergencia en la educación, desde el 2023. La organización gremial advierte que la falta de infraestructura y las medidas improvisadas afectan la calidad educativa, perpetuando la brecha de desigualdad para miles de estudiantes sin acceso a conectividad y recursos tecnológicos.

«La emergencia no solo es climática, es estructural. Exigimos al Gobierno que garantice escuelas seguras y dotadas de los insumos necesarios para que los estudiantes no vean interrumpida su educación a causa del abandono estatal», afirmó la UNE en un comunicado.

La situación también ha generado controversia entre los padres de familia. Mientras algunos respaldan la modalidad virtual por la inseguridad en las aulas deterioradas, otros advierten sobre los efectos negativos del aprendizaje a distancia, recordando las dificultades experimentadas durante la pandemia y las emergencias de seguridad.

Ante la gravedad del problema, la UNE insiste en que el Estado debe asumir su responsabilidad y destinar los recursos necesarios para garantizar que la educación en Ecuador no siga a la deriva por falta de infraestructura y planificación.