Docente universitario fue baleado y abandonado tras ser secuestrado en Guayaquil mientras trabajaba como conductor

Guayaquil, 2 de julio de 2025 — Lo que comenzó como una jornada laboral extra para sostener a su familia, terminó en una pesadilla para Christian Macías, catedrático de ingeniería química en una universidad de Guayaquil. El docente fue secuestrado, golpeado y herido de bala en la pierna mientras trabajaba como conductor por aplicativo móvil.

El hecho ocurrió la noche del martes 1 de julio, alrededor de las 22:00. Macías tomó una carrera en el sur de la ciudad sin imaginar que sus pasajeros —tres hombres y una mujer— se convertirían en sus agresores. Al llegar al primer destino solicitado, los supuestos clientes lo amedrentaron, lo obligaron a pasarse al asiento trasero y fue la mujer quien tomó el control del vehículo.

Posteriormente, lo abandonaron en una pendiente de la vía Perimetral, a la altura del sector Los Ceibos. Estaba atado de pies y manos, y con una herida de bala en la pierna. A pesar del dolor y las condiciones extremas, Macías logró arrastrarse seis metros hasta llegar al borde de la vía para pedir auxilio.

Su hermano, Orlando Macías, relató que estuvo casi dos horas gritando hasta que un taxista se detuvo y dio aviso a las autoridades y servicios de emergencia. El docente fue trasladado al hospital Teodoro Maldonado Carbo, luego de que en el hospital del IESS Los Ceibos no hubiera disponibilidad.

El disparo le causó una fractura multifragmentaria del fémur, y aunque la bala no alcanzó una arteria, sí generó una severa lesión muscular. Fue sometido a una primera cirugía para colocar fijadores externos y reconstruir parte del músculo afectado. Sin embargo, requiere una segunda intervención para recuperar la funcionalidad de su pierna, cuyo costo supera los 20.000 dólares.

La familia ha iniciado trámites de derivación para que una clínica privada asuma el procedimiento. Mientras tanto, enfrenta un gasto diario de aproximadamente 100 dólares en insumos médicos. En redes sociales, amigos, colegas y ciudadanos se han unido en una campaña de solidaridad para apoyar su recuperación.

“Él se aferró a la vida. Pudo haber muerto ahí, solo, pero tuvo la fuerza de arrastrarse hasta ser encontrado. Ahora necesitamos que se agilicen los trámites para su cirugía, porque esto ya escapa de nuestras manos”, expresó su esposa.

La denuncia del caso ya fue presentada ante las autoridades. La familia pide que se haga justicia y que se investigue a fondo este crimen.

Fuente: El Universo

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