AUGE DE HOMICIDIOS Y DELINCUENCIA EN ECUADOR A PESAR DEL PLAN FÉNIX
A pesar de las declaraciones del presidente Noboa en su informe a la nación el 24 de mayo sobre seguridad para los ecuatorianos y la implementación del Plan Fénix, que incluye la implementación de medidas como el despliegue de militares, detenciones masivas y la construcción de megacárceles, la realidad es que hay más muertes. Noboa aseguró que estas acciones eran esenciales para ganar la guerra contra el crimen organizado y devolver la seguridad a las calles de Ecuador. Sin embargo, los datos muestran un aumento en los homicidios y la violencia, desmintiendo sus afirmaciones de éxito.
En los últimos cuatro años, la tasa de homicidios de niños, niñas y adolescentes ha aumentado un alarmante 640%. Esta escalada de violencia ha dejado a los más vulnerables en una situación de alto riesgo, privando a cientos de miles de acceso a servicios sociales esenciales, según UNICEF. Pues se ha reportado que en los últimos años se han registrado al menos 770 homicidios de niños, niñas y adolescentes, un incremento drástico que refleja el deterioro de la seguridad bajo el gobierno de Noboa.
El 22 de mayo, el Gobierno de Noboa declaró el estado de excepción en siete de las 24 provincias del país debido al incremento de la violencia. Sin embargo, esta medida parece ser más un acto de desesperación que una solución efectiva. Según el decreto 275, la emergencia se centra en Guayas, El Oro, Santa Elena, Manabí, Los Ríos, Sucumbíos y Orellana. Pese a estos esfuerzos, el número total de muertes violentas en Ecuador sigue siendo alarmante, con 1.920 homicidios registrados entre enero y mayo de 2024 solo en estas provincias, que representan cerca del 87% del total nacional.
Mientras las afirmaciones del presidente que está ganando la guerra contra el crimen organizado, la realidad en las calles es muy distinta. Los asesinatos, extorsiones y asaltos continúan en todo el país, y la presencia militar y policial prometida no se ve reflejada en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Además, las justificaciones del presidente Noboa para los estados de excepción no han producido los resultados esperados. Aun cuando argumenta que el 76% de los asesinatos ocurren en espacios públicos con el objetivo de causar terror y afectar la economía, la situación en las calles de Ecuador sigue siendo crítica. El primer estado de excepción, declarado en enero de 2024, no logró reducir la violencia, y la declaración de conflicto armado interno tampoco tuvo el impacto deseado.
El Plan Fénix ha demostrado ser más una maniobra política que una solución efectiva a la inseguridad en Ecuador. La falta de transparencia en la presentación de cifras en el Ministerio del Interior y la continua complicidad de altos funcionarios del estado con las mafias criminales socavan cualquier esfuerzo real por combatir el crimen organizado.
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