Andrea Arrobo, exministra de Energía y Minas, ha destapado una serie de denuncias que señalan al Gobierno de Daniel Noboa por callarla y someterla a persecución política. En una carta pública, Arrobo anuncia que no comparecerá este miércoles 4 de noviembre de 2024 ante la Asamblea Nacional para enfrentar el juicio político en su contra, temiendo represalias que podrían poner en peligro su libertad y la seguridad de su familia.

La exministra asegura que su mayor error fue aceptar una función pública, lamentando que su compromiso con el país haya resultado en acusaciones y un proceso judicial que considera injusto. “El Gobierno ha utilizado mi figura como chivo expiatorio para desviar la atención de su responsabilidad en la crisis energética”, enfatizó Arrobo en su carta.

Arrobo acusa a la administración Noboa de manipular el sistema judicial y de utilizar el juicio político como herramienta de intimidación. Según la exministra, los asambleístas de los movimientos Construye y el Partido Social Cristiano impulsan este proceso con fines políticos, ignorando las verdaderas causas estructurales de la crisis energética.

En su misiva, Arrobo denuncia que la Policía, lejos de actuar conforme a la ley, podría proceder con su detención inmediata si decide testificar ante el Pleno de la Asamblea. Este temor, combinado con el hostigamiento constante que ha enfrentado, refuerza su decisión de no asistir al juicio político.

«La persecución política en mi contra no es solo un ataque personal, es un mensaje claro de este Gobierno: silenciar a quienes intentan exponer la verdad», afirmó Arrobo.

Arrobo también reiteró que intentó advertir a la ciudadanía sobre la crisis energética, pero que fue censurada por órdenes superiores. A pesar de haber presentado pruebas que incluyen documentación técnica y administrativa, señala que el proceso judicial sigue estancado y lleno de irregularidades.

Además, denuncia que sus acusadores buscan deslegitimar su figura pública, utilizando el juicio político como un espectáculo mediático para distraer de los problemas reales. Mientras tanto, los responsables directos de la crisis siguen sin ser procesados.

El caso de Andrea Arrobo se ha convertido en un símbolo de la persecución política y el abuso de poder. La izquierda ecuatoriana denuncia que el Gobierno de Noboa no solo ha fallado en resolver la crisis energética, sino que también ha utilizado tácticas represivas para protegerse.

Arrobo concluyó su carta con un llamado a la reflexión: “Servir al país nunca debería ser motivo de persecución. Hoy soy yo, mañana puede ser cualquiera que intente decir la verdad en un sistema que favorece a unos pocos mientras calla a quienes luchan por el pueblo”.

La ausencia de la exministra en el Pleno de la Asamblea no solo deja interrogantes sobre su futuro, sino también sobre el compromiso del Gobierno con la transparencia y la justicia en medio de una crisis que sigue afectando a millones de ecuatorianos.